nada que hoy me he puesto melancólica, aqui en las alturas del estudio, esperando a que Olatz vuelva de Africa y me cuente nuevas aventuras de renovación. Esto de pasar el verano trabajando en la soledad de este nuevo y viejo espacio, antiguo lavadero del raval, y escuchando por las mañanas el atormentador ruido de las obras del nuevo hotel Barcelò (que cosa más antiestética, que dolor de muelas...) no ha estado mal , para nada, pero hoy no he podido evitar, no me preguntes porqué, acordarme de la gina pane...